Contemplar en silencio, y tratar de acompañarte
En Semana Santa me enfrento, una vez más, a la verdad más honda y en parte más difícil. Vivir el evangelio no es fácil. Lleva a dar la vida.
En estos días, al releer el relato de la pasión y muerte del Señor, parece que los poderosos son los que vencen, los cínicos dicen su palabra despiadada, y el justo calla… y muere.
Es difícil, Señor, entenderlo. Tal vez lo importante ahora sea callar. Contemplar en silencio, y tratar de acompañarte. Intentar comprender lo que nos desvela el triduo.
El amor, la entrega, la espera, la soledad, la coherencia, la bienaventuranza, la justicia de los inocentes… Todo eso está en juego.