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El hijo de Jean

El último largometraje del director francés Philippe Lioret, se presentó en nuestras pantallas con ocasión de la Gala de Clausura del último Festival de Valladolid. Cerró por tanto su Sección Oficial de largometrajes, en una edición en la que las relaciones paterno-filiales o materno-filiales estuvieron muy presentes en muchas de las obras seleccionadas.

Con esta película, el director galo se centra en la historia de Mathieu, un parisino treintañero, empleado como comercial en una empresa de venta de productos para mascotas y que se encuentra separado de su mujer,  con la que comparte un hijo pequeño. Inesperadamente, recibe una llamada de Canadá, en la que un desconocido le comunica que su padre biológico, al que jamás conoció, acababa de fallecer, y le dejó el encargo de enviarle un paquete. Este arranque es presentado por el realizador de una forma precipitada, intentando en pocos fotogramas explicar pasajes que abarcan toda una vida. En apenas unos minutos, se nos informa de la profesión del protagonista, en dónde trabaja, de la presencia de un compañero de su madre, de su estado civil y de que existe un hijo menor al que le presta toda la atención que le es posible.

Con la inesperada decisión de Mathieu en desplazarse inmediatamente a Canadá, subyugado por la necesidad y curiosidad de acercarse a aquello insospechado de su pasado, cambiamos de continente, y la película avanza, combinando momentos acertados y otros no tanto. Hasta el instante en que los guionistas, esto es, el propio director y Natalie Carter deciden dar a la trama un giro de ciento ochenta grados, disfrutamos de escenas bastante logradas, y que consiguen despertar nuestro interés, por la insensatez de determinados comportamientos, rencores antiguos, diferencias de caracteres o metas ya alcanzadas que terminan dejando un inmenso vacío; o por el contrario, actitudes en permanente búsqueda del máximo bienestar material, aún a costa de elementos mórbidos. En esas coyunturas, nos movemos en tierras extrañas, y permanecemos atentos a cualquier reacción, suceso o elemento en que puedan devenir los acontecimientos. Nos interesa el desencanto, la necesidad de indagar sobre lo ignorado, el visceral rechazo que puede provocar la verdad….