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Fe en el Centro Arrupe

La misión de la Compañía de Jesús brota de la continua experiencia de Cristo Crucificado y Resucitado que nos invita a unirnos a El en la tarea de preparar al mundo para que sea el Reino de Dios consumado. El punto focal de la misión de Cristo es la proclamación profética del Evangelio que interpela a los pueblos en nombre del Reino de su Padre y que nosotros debemos predicar en pobreza. Nos llama a situarnos en lo más íntimo de la experiencia humana al recibir esta promesa y prepararnos para recibir el don de Dios en toda su plenitud. Todavía es una experiencia de cruz, en toda su angustia y con todo su poder, porque los enigmas del pecado y de la muerte forman todavía parte de la realidad del mundo.

Nos llama a “ayudar a hombres y mujeres a desprenderse de la imagen deformada y confusa
que tienen de sí mismos para descubrirse, a la luz de Dios, totalmente semejantes a Cristo”.
Así es como emprendemos nuestros ministerios con la confianza de que el Señor nos acepta,
como aceptó a Ignacio, como servidores suyos, no porque seamos fuertes, sino porque nos
repite como a San Pablo: “Te basta mi gracia: la fuerza se realiza en la debilidad” (2 Cor 12,9).

Congregación General 34 de la Compañía de Jesús
Decreto 2, n. 6